carta nº1: confusión

cae sobre ti, sobre mi
la sombra inclemente de los sueños
pesadillas
la luz se oscurece, el cielo se ennegrece
tengo más que tú
un pasado que me atropella
un destino que se me cierra
tú allí en el futuro tan distante
lejos de mi
cerca de mi
tengo un diablo que persigue mis pensamientos
horribles sentimientos
pero tú sigues igual
no te inmutas
ni te alteras
parece que tu figura de ángel se hace humo
no eres tú
es mi reflejo
mi reflejo incandescente
noches pasadas me arrollan
soy la fiera cazadora
que de un momento a otro se ha vuelto la indefensa presa
de tus garras
de tus labios
de tu aroma
de tu esencia
y vuelas, vuelas y te alejas
y te escapas vida mía
como el humo de mi alma
vuelve el infierno del cual provenían todos mis temores
soy veneno
soy veneno y agonía
el egoísmo, el egocentrismo
la torpe ruptura de una roca
frío, frío
el corazón que late con furia
con confusión
con tanta torpeza y hosquedad
árido el paisaje
desértico el espíritu
tiemblan hasta los más grandes castillos
se derrumban las ideas
se destrozan los aplausos
acaba al fin la esperanza
todo un minuto
un minuto
las piedras del camino
no deberían derribarte dos veces
confusión...

la vida, el amor, el tiempo, la muerte...

El amor es solo un mito,
Es como un grito,
Que dura como un soplo
Y vive intensamente,
Hasta que se extingue
En un segundo
Y se desvanece…
Minutos relativos
Que pasan corriendo, que no los alcanzo
Hasta que su cadáver yace en el piso,
Minutos relativos, que se cortan las venas.
Todos se acaban, renacen y mueren…
En mi mente y nada más,
Una vez me lo dijo un sabio
Y nunca más lo volví a recordar.
Las horas no vuelan a su muerte,
Es la muerte la que se arrastra hasta ellas
Asechando, asechando,
Destrozando a su paso cada segundo.
Todo cae, cae y cae
Como las horas que avanzan y perecen
En mi mente esta pasando.
Casi, casi,
Casi pude hablar contigo,
Vi tus ojos,
Tu cabello blanco,
Tu dulce mirada.
Tú tienes ese brillo al mirar,
Esa cadencia al andar
¿Dónde estas?
Tus labios son hermosos
Suave tu voz
Así como tu rostro,
Pero fue por un segundo,
Un segundo que cadáver se volvió
Y no sé si en ese segundo pude acercarme,
No sé si pude tocarte,
Solo sé que te vi
Con una línea azul
Atravesando tu pupila,
Una marca fría y resplandeciente.
Tus ojos claros, oscuros, diferentes,
Únicos, enredados, laberinticos…
Perdidos, encontrados, allí
Allí están, no ya no
Pronto salen, se asoman una vez
¿Un recuerdo?
Todo es fugaz
Como la vida del tiempo
Que avanza muriendo…