arremolinados trazos de viento,
frío de aguas cristalinas,
que se filtran por mi piel
y me recorren de memoria el cuerpo.
Insensible, aislado.
Silencio y oscuridad,
hasta en mis sueños
me traiciona el deseo,
la tentación.
Inocencia... ¿dónde quedó?
las ramas se deslizan
arañando mi piel,
el temor que siento no tiene fundamentos.
Confío en ti, en tu voz,
en tus manos.
Me gusta el temor
que eriza mi piel.
Me gusta el calor que exudan nuestros cuerpos
y las alas que sin tener
siento a tu lado.
Se desvanecen en mis manos
algunos copos de nieve
se deshacen cuando llueve
y vuelven a mi...
el río sigue fluyendo... huyendo
muy lejos de aquí... de ti y de mi
