visitas

sábado, 30 de septiembre de 2023

Cuando una mariposa se apoya en tu mano, en tu ropa, en tu nariz, puede ser que no quieras que se vaya.

No quiero que te vayas.

Te miraba de lejitos y me movía despacio para no asustarte, para que no fueras a volar.

No es que no te quiera volando, volando es que te amo.

Sé que estás, que estás cerquita por tu voluntad, es solo que a ratos me asusta la idea de que te vayas y no te vuelva a ver

No hay comentarios:

Publicar un comentario