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domingo, 19 de febrero de 2017

El viento

Un día  abrí  mi ventana y entró un picaflor, se acomodó  en mi cortina y sonriendo me cantó -Un día  la primavera de mi se enamoró, volamos por el campo, mas un día se marchó. Muy triste, tú dirías, pero al tiempo regresó y llegó con nuevas flores y otra vez me conquistó-
Dicho esto, el picaflor muy rápido voló y con el viento  de su parte, de mi vista se perdió.
Y es que el viento, ya se sabe, en su viaje tiene un rincón, en el cual se da la vuelta y concentra la emoción, la reparte por el mundo y en alguna ocasión levanta algunas faldas o despeina a algún  huevón.

Moraleja en esta historia no pretendo dejar, solo pasa que algunas tardes me gusta las palabras hacer rimar.

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