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jueves, 20 de abril de 2017

Mis entrañas, retumbando al son disonante de mi ridicula tempestad.

Palpitante, rebosa en mi pecho la nata que de mi se desprende.

El mar escupe lo que jamás viví. Y espero nunca vivir.

Que los muertos terminen de morir y los vivos puedan continuar sus vidas.

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