Mis entrañas, retumbando al son disonante de mi ridicula tempestad.
Palpitante, rebosa en mi pecho la nata que de mi se desprende.
El mar escupe lo que jamás viví. Y espero nunca vivir.
Que los muertos terminen de morir y los vivos puedan continuar sus vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario