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sábado, 6 de julio de 2019

A veces tengo un día o dos en que mi mente y cuerpo suben a una montaña rusa emocional, no es que lo busque, llega a mi, culpo a las hormonas.

Hoy es ese día, muero de deseo, quiero salir y bailar, quiero mirar las estrellas, respirar profundo, perderme en el borde de tus labios...

Y un segundo más tarde solo quiero un abrazo, llorar, que nadie me vea, hacerme bolita, entrar en una crisalida y que el tiempo pase sobre mi.

Culpo a las estrellas.

No me gusta, porque no.lo entiendo, quiero sentir el placer de un roce fugaz, la magia de un instante, sonreir y llorar al mismo tiempo. Que no me juzguen ni me critiquen por sentir, porque voy en mi catarata de emociones y todo se me vuelve intenso.

Me encierro a escribir esto, porque temo que si lo digo no me entiendan y llore y no me entiendan y ría y no me entiendan.

Hoy soy un huracán.
Hoy arraso con las paredes de mi yo.
Hoy cruzo libremente entre cada emoción.
No me gusta, porque me confunde.

Quiero parar y bajarme, quiero seguir arriba, bien arriba.

Quiero detener un segundo y congelarlo, comerlo luego.


Devorar el tiempo y ser devorada por éste.

Quiero un instante perpetuo y una eternidad fugaz.

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